Mas allá de la mente, existe una conciencia que es intrínseca y no deviene del exterior, pero no existe aun ningún experimento que haya encontrado el lugar del cerebro donde se situé la consciencia.
El objetivo de la meditacion es hacerte consciente de todo lo que es mente, para que te despliegues de esta.
Esa separación supone la mayor revolución que le puede suceder al hombre.
Desde ese momento tu vida es una continua celebración porque no necesitas hacer nada que te hiera ni que te haga desdichado.
Puedes hacer solo aquello que te hace feliz y que te hace que tu vida sea una obra de arte llena de belleza.
Mas esto solo es posible si el maestro que reside en ti esta despierto.
Ahora esta dormido profundamente, y la mente (el siervo) esta jugando el papel del maestro.
Ese no es tu siervo, ha sido creado por tu mundo exterior y le obedece.
Esta es la tragedia de la humanidad: estas dormido y el mundo exterior te esta dominando, el modela tu mente y la convierte en una marioneta.
Pero una vez que tu consciencia se convierte en una llama, arde eliminando toda la esclavitud que la mente ha creado, y no hay dicha mas preciada que la libertad, que ser el maestro de tu propio destino.
Comentario
El maestro, en el zen, no es un maestro de otros sino un maestro de si mismo.
Cada uno de sus gestos y cada una de sus palabras reflejan su estado de iluminacion.
No tiene metas privadas ni deseo de que las cosas tengan que ser diferentes de lo que son.
Sus discípulos se reunen a su alrededor no para seguirle, sino para absorver su presencia y sentirse inspirados con su ejemplo.
Ante su mirada encuentran su propia verdad reflejada, y ante su silencio pueden entrar mas facilmente en el silencio de sus propios seres.
El maestro da la bienvenida a los discípulos no porque quiera dirigirlos, sino porque tiene mucho que compartir.
Juntos crean un campo de energía que apoya a cada individuo único en la búsqueda de su propia luz.
Si puedes encontar un maestro así, eres bienaventurado.
Si no puedes, continua buscando.
Aprende de los profesores y de los aspirantes a maestros, y reanuda tu viaje.
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