LA COMBINACIÓN DEL DESEO
Este sistema sirve para contestar a una pregunta concreta, o también cuando el consultante simplemente desea conocer algo sobre su futuro.
Para ejecutarlo se empieza colocando sobre la mesa una carta central alrededor de la cual se desarrollarán las demás, y que representa al consultante; dicha carta se elige según la siguiente equivalencia:
Joven y morena = Ocho de oros
Joven y rubia = Ocho de copas
Joven y moreno = Sota de oros
Joven y rubio = Sota de copas
Hombre o mujer morenos = Rey de oros
Hombre o mujer rubios = Rey de copas
Una variante a este sistema de selección de la carta central consiste en elegir una carta que tenga el mismo significado que la pregunta formulada (significador); por ejemplo, para un pleito el as de copas; para un asunto amoroso el dos de copas; para cuestiones de dinero el as de oros, etcétera, a gusto del cartomántico.
Las cartas se barajan y cortan como de costumbre y se extienden lentamente de una en una y en la forma y orden que se indica en el grabado:
:n04: :n05: :n06:
:n01: :n02: :n03: :ns: :n07: :n08: :n09:
:n10: :n11: :n12:
:n13: :n14: :n15:
Los cinco grupos de cartas así formados tienen los siguientes significados en cuanto a su interpretación:
1, 2, 3 = Lo que lo rodea.
4, 5, 6 = Lo que desea.
7, 8, 9 = Lo que se opone.
10, 11, 12 = Futuro próximo.
13, 14, 15 = Resultado final.
A este sistema de echar las cartas se le denomina del deseo porque existe una carta, el nueve de copas, que se llama la carta del deseo y cuya aparición en la tirada (excepto si aparece en las posiciones 7, 8 y 9) asegura el éxito o el cumplimiento de lo deseado, y cuanto más próxima aparezca de la carta que representa al consultante, más pronto se materializará el deseo.
Si dicha carta aparece en los lugares 7, 8 y 9 puede darse por seguro que a pesar de cuanto pueden indicar todas las demás cartas el deseo o el éxito no se materializará; quedará en promesas, esperanzas e ilusiones que no llegarán a concretarse.
Pero si la carta del deseo no aparece en la tirada, esto no significa que los deseos del consultante no puedan materializarse, lo que ocurre es que entonces todo dependerá única y exclusivamente de la interpretación general de la tirada, y en especial de los ases.
En efecto, cuando aparezcan los cuatro ases y no ha aparecido la carta del deseo, es señal segura de que no se materializarán los deseos del consultante, aparezcan donde aparezcan. Uno o dos ases carecen de valor resolutivo; tres ases dificultan mucho, pero no impiden.
También el cómputo de la relación entre los palos de la baraja tiene su importancia; una mayoría de cartas de los palos de oros y copas aumenta las posibilidades de éxito y suaviza las dificultades, mientras que una mayoría de bastos y espadas disminuye las posibilidades e incrementa las dificultades. Cuanto mayor o menor sea esta diferencia numérica, mayor o menor será su importancia en bien o en mal.
Como puede verse, este método tiene la ventaja de poder responder con el sí o el no; con fácil o difícil; con pronto o tarde, sin necesidad de un análisis exhaustivo de la tirada, lo que lo hace muy interesante para quienes comienzan, mientras que los experimentados, hecho este primer análisis, pueden proseguir un interpretación.
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